Tras el fallecimiento de un familiar, los herederos deben atribuirse los bienes del difunto, pero, aunque se trate de un proceso aparentemente sencillo, el reparto puede complicarse si los herederos tienen mala relación y no consiguen alcanzar un consenso.
Si el difunto ha dejado testamento, en él vendrán designados los herederos -normalmente descendientes y viudo/a– así como los bienes que deben integrar el caudal hereditario –bienes inmuebles, dinero en cuentas bancarias, depósitos, etc).
Ahora bien, llegado el momento de efectuar las adjudicaciones a cada heredero, es cuando surge la problemática, ya que la mala relación entre los herederos puede dificultar el proceso e incluso bloquearlo hasta el punto de tener que pedir auxilio judicial.
Existen situaciones en las que los bienes de la herencia están claramente identificados, pero los herederos no consiguen alcanzar un consenso sobre qué correspondería a cada sucesor, bien porque no están de acuerdo con la valoración o porque no quieren aceptar la distribución propuesta; y en muchas ocasiones, ni siquiera logran aceptar la herencia.
Ante estas situaciones, cualquier heredero puede iniciar un procedimiento judicial de división de herencia. Para ello, es necesario el asesoramiento legal de abogados expertos en la materia.
La demanda de división de herencia tiene la finalidad de que una tercera persona, en este caso el Juez, determine cuál será el reparto de los bienes.
Para ello, es necesario que el heredero que solicite la división judicial de la herencia tenga en su disposición el certificado de defunción, testamento y la relación de los bienes que integran el caudal hereditario y que serán objeto de reparto.
Es un procedimiento complicado, pues cada heredero tiene derecho a manifestar sus alegaciones y oponerse al plan de reparto propuesto y finalmente será el Juez quien dicte sentencia determinando la partición de la herencia y se procederá a la entrega de los bienes a los herederos según lo establecido.
Frente a dicha sentencia cabe recurso, por lo que el proceso judicial puede demorarse durante años.
Ante estas situaciones, en las que existe mala relación familiar, la primera opción siempre debe ser acudir a un profesional experto en la materia para que medie entre las partes y trate de evitar tener que acudir a los tribunales de justicia.
Acudir a un proceso negociador en cualquier caso beneficia a todos los herederos, pues, será más rápido y más económico que pedir auxilio judicial.
En Pi & Boluda, Abogados y Fiscalistas, intervenimos en este tipo de situaciones para facilitar la mediación entre los herederos, permitiendo que lleguen a un acuerdo y hereden sin necesidad de recurrir a la vía judicial.
Puedes encontrarnos en nuestras oficinas en la calle Juan Viruela Carreres, 9, de La Vall d’Uixó, o contactarnos a través del teléfono 964 741 087 y redes sociales.